lunes, 14 de julio de 2008

Sin Sol

¿Quién ha dicho que el tiempo triunfa sobre todas las heridas? Se tendría que decir que el tiempo triunfa sobre todas las cosas excepto las heridas. Con el tiempo, la herida de la separación pierde sus contornos reales. Con el tiempo, el cuerpo deseado ya no lo será más, y si el cuerpo deseado ha dejado de ser para el otro, lo que queda es una herida sin cuerpo.

(...)

Habría pasado toda mi vida tratando de comprender la función de recordar, que no es lo contrario de olvidar, sino más bien su funda. Nosotros no recordamos. Podemos reescribir la memoria, como reescribimos la Historia. ¿Cómo se puede recordar la sed?

Chris Marker, Sans Soleil (1983)

El Ansia

B: Sólo yo,
A: Así como soy,
C: Nada que hacer.
M: Da, compadecé, controlá.
B: Ahora.
C: Tan cansada de guardar secretos.
M: Eso a mí no me va.
C: Está sufriendo algún tipo de crisis nerviosa y desea haber nacido negra, hombre y más atractiva.
B: Me entrego.
C: O simplemente más atractiva…
B: Entrego mi corazón.
C: O simplemente distinta
M: Pero eso no es entrega.
C: Simplemente alguna otra puta persona.
A: Frágil y ahogado.
C: Se niega a continuar con la farsa diaria de sobrevivir las próximas horas en un intento de evitar la realidad que es que no tiene idea de cómo sobrevivir los próximos cuarenta años.
A: Todavía te quiero,
B: En contra de mi voluntad.
C: Habla de sí misma en tercera persona porque la idea de enfrentarse con quien realmente es, de aceptarse tal cual es, es demasiado para su orgullo.

Sarah Kane, Crave

Un fragmento

"Saber que no se escribe para el otro, saber que esas cosas que voy a escribir no me harán jamás amar por quien amo, saber que la escritura no compensa nada, no sublima nada, que es precisamente ahí donde no estás; tal es el comienzo de la escritura."

Roland Barthes, Fragmentos de un discurso amoroso

domingo, 13 de julio de 2008

Every grain of sand

"Cuando la autodestrucción entra en el corazón, al principio parece un grano de arena. Es como una jaqueca, una indigestión leve, un dedo infectado; pero pierdes el tren de las 8:20 y llegas tarde para solicitar un aumento. El viejo amigo con quien vas a comer de repente agota tu paciencia y para mostrarte amable te tomas tres copas, pero el día ya ha perdido forma, sentido y significado. Para recuperar cierto propósito y belleza bebes demasiado en las fiestas y te propasas con la mujer de otro y acabas por hacer algo tonto y obsceno y a la mañana siguiente desearías estar muerto. Pero cuando tratas de repasar el camino que te ha conducido a ese abismo, sólo encuentras un grano de arena (...)" (John Cheever, Diarios)

San Telmo

"Me acerqué a la luz del balcón para mirar la hora; necesité pensar en la fecha de aquel día, en la calle de la ciudad donde estaba viviendo, Chile al 600, en el único edificio nuevo de una cuadra torcida. 'San Telmo', me repetía para concluir de despertar y ubicarme; en el principio del sur de Buenos Aires, restos de cornisas amarillas y sonrosadas, rejas, miradores, segundos patios con parras y madreselvas, muchachas que pasean por la vereda, hombres jóvenes y taciturnos en las esquinas, una sensación de enormes espacios, últimos puentes de hierro, y pobreza. Zaguanes poblados, viejos y niños, familiaridad con la muerte." (Juan Carlos Onetti, La vida breve)

Sobre la lengua alemana

"Las palabras alemanas cuelgan del idioma alemán como pesos de plomo, le dije a Gambetti, y oprimen en todo caso el espíritu hasta un nivel nocivo para ese espíritu. El pensamiento alemán, como el habla alemana, se paraliza muy rápidamente bajo el peso humanamente indigno de ese idioma, que reprime todo lo pensado antes de que se exprese siquiera; bajo el idioma alemán, el pensamiento alemán sólo ha podido desarrollarse difícilmente y nunca por completo, a diferencia del pensamiento latino en los idiomas latinos, como prueba la historia de los esfuerzos seculares de los alemanes. Aunque estimo más el español, probablemente porque me resulta más familiar, aquella mañana me dio Gambetti otra vez una valiosa lección sobre la facilidad y la ligereza y la infinitud del italiano, que se encuentra con el alemán en la misma relación que un niño de familia acomodada y feliz, criado de una forma completamente libre, y otro oprimido, golpeado y, por consiguiente, maltratado, de la más pobre de las familias pobres. Por ello deben valorarse tanto más los logros de nuestros filósofos y escritores. Cada palabra, le dije, tira inevitablemente hacia abajo de su pensamiento, cada frase, sea lo que fuere lo que se hayan atrevido a pensar, los aplasta contra el suelo, aplastando así siempre todo contra el suelo. Por eso también su filosofía y también sus poemas son como de plomo. De pronto le cité a Gambetti una frase de Schopenhauer de El mundo como voluntad y representación, primero en alemán y luego en italiano, intentando probarle a él, Gambetti, lo pesadamente que descendía la balanza en el platillo alemán simulado por mi mano izquierda, mientras, por decirlo así, el italiano de mi mano derecha ascendía bruscamente. Para mi diversión y la de Gambetti, dije diversas frases de Schopenhauer primero en alemán y luego en mi propia traducción italiana, dejándolas así claramente en evidencia, para todo el mundo, pero sobre todo para Gambetti, con la balanza de mis manos, y desarrollando luego poco a poco un juego, llevado por mí a sus últimas consecuencias, que terminó finalmente con frases de Hegel y un aforismo kantiano. Desgraciadamente, le dije a Gambetti, las palabras pesadas no son siempre las de más peso, lo mismo que las frases pesadas no son siempre las de más peso. Pronto mi juego me agotó." (Thomas Bernhard, Extinción)